Trabajadores de la Compañía Minera Guanaco, dependiente de la trasnacional Austral Gold, piden un reajuste salarial y mejoras en materia de salud y seguridad, sin embargo acusan que la empresa ofrece un reajuste de solo $40.000 debido a “no estar en condiciones económicas”. También acusan hostigamiento y persecución a líderes sindicales en el proceso de negociación colectiva.
Diario Antofagasta |
Emplazada en plena Cordillera de Domeyko, límite oriental del Desierto más árido del mundo, 60 kilómetros al interior de la comuna de Taltal , en la Región de Antofagasta, se encuentra la Mina de Oro Guanaco. Es en este lugar, donde comienza a gestarse el que podría ser el primer conflicto laboral de envergadura en la región, en lo que va de la Administración de Michelle Bachelet.
Los trabajadores se encuentran cada vez mas descontentos. Las remuneraciones que paga la compañía minera, dependiente de la trasnacional de capitales australianos Austral Gold, distan de las que se pagan en otras faenas mineras, a la vez que los trabajadores denuncian diferentes falencias en materia de seguridad y de salud que no han sido fiscalizadas con la rigurosidad que corresponde por parte de los gobiernos.
Precisamente en este contexto es que se inició el proceso de negociación colectiva, el segundo que se realiza desde la creación del Sindicato Guanaco, pero en el cual la empresa ha cerrado todas las puertas al diálogo entregando ofertas que distan de las demandas planteadas por los trabajadores.
“Los trabajadores han sacrificado esfuerzo y puesto el 200% de su sudor en dar cumplimiento con creces a las metas trazadas en el plano productivo. Sin embargo, la empresa ha entregado respuestas miserables a nuestro pliego de peticiones. Tenemos compañeros que ganan un sueldo del orden de los $450.000 mientras que el sueldo de un gerente es de $8.300.000, más inclusive que un ministro de estado“, explica el líder sindical Manuel Guerrero, Presidente del Sindicato Guanaco.
PERSECUCIÓN
Ante las respuestas negativas por parte de la empresa, los trabajadores han entrado en un estado de movilizacion y externalización del conflicto que sufren, solicitando reuniones con diferentes autoridades regionales. Sin embargo, aseguran haber sido recibidos únicamente por el Seremi del Trabajo, Pablo Rojas.
Mientras tanto, en la mina la situación es una verdadera olla a presión, debido a que según la versión de los trabajadores, la empresa asegura “no estar en condiciones económicas” para solventar las demandas laborales, por lo que el escenario de una huelga es inminente.
A la par, funcionarios de la empresa acusan que la compañia también ya estaría preparando un escenario de huelga, dando inicio diferentes actos de persecución y hostigamiento en contra de los líderes sindicales, con el fin de invalidarlos ante sus pares y de esta forma intentar dividir a los trabajadores. Una práctica que se ha vuelto alarmantemente recurrente en procesos de negociaciones colectivas similares en la región.
No obstante, la negativa de la empresa a las demandas laborales no detiene a los trabajadores, quienes aseguran que mantendrán firmes sus demandas, considerando las millonarias ganancias de la compañia extranjera.
“Los trabajadores planteamos por todas las formas llegar a acuerdo por la vía del dialogo y del entendimiento y solo se encontraron con la muralla de la incomprensión la codicia y el lucro, ante esto solo nos queda la lucha y tenemos que asumirla como tal“, concluye el Sindicato Guanaco en un comunicado.
LAS DEMANDAS
Un total de 10 puntos son los que plantean los trabajadores a la compañia, sin que exista hasta el momento un acuerdo, debido a la falta de voluntad de la empresa, según acusan los trabajadores.
Un reajuste salarial, bonos de reemplazo, vacaciones, productividad continuidad laboral y seguridad, creación de un departamento de bienestar, así como un mejor medio de transporte para los trabajadores y un bono de término de conflicto, son las principales demandas de los trabajadores.
No obstante, la propuesta de la empresa actualmente es de un reajuste de $40.000, lo que equivale solamente al IPC, considerando además el alto costo de vida en la región. Una propuesta calificada como “un insulto”, por el sindicato, por lo que el proceso de negociación se mantiene en ascuas.
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