18 nov 2013

lunes, noviembre 18, 2013

El ex ministro PS -quien llegó el viernes para votar en las elecciones de hoy- dice que es discutible pagar a los “jóvenes ABC1”.


La Tercera
José Miguel Insulza llegó a Santiago la noche del viernes. Tras votar hoy en la mañana, el secretario general de la OEA partirá al mediodía a Washington para asistir a una charla mañana ante el organismo hemisférico del canciller norteamericano John Kerry. Pero volverá a Chile para estar martes y miércoles en una actividad en la Cepal. En medio de su ajetreada agenda, el ex ministro PS hace su diagnóstico del debate que se ha tomado la campaña presidencial y pide avanzar “paso a paso” en las reformas.

¿Comparte la visión de que está en juego la continuidad del modelo?

A mí la palabra “modelo” nunca me ha gustado, sobre todo porque me niego a reconocer que el modelo o lo que pasa hoy en Chile es igual a lo que hubo hace 25 años. Donde sí debería haber cambios es en temas relacionados con la desigualdad. O sea, que se garantice a todos la posibilidad de acceder a servicios públicos, educación, salud y vivienda. Francamente, me es más difícil hablar de educación gratuita para todos, porque ya dar acceso a universidades buenas y liceos buenos es una tarea enorme.

¿Por qué le parece difícil hablar de educación gratuita universal?


Tiene un costo muy alto. O sea, en algún minuto quizás se llega a eso, pero si usted me pregunta si privilegiaría dar educación gratuita a los jóvenes ABC1, mientras no haya un cambio sustantivo en el ingreso en Chile... Ahora, si me dice que va a haber un cambio en la distribución del ingreso, entonces vamos a pagarles la educación a todos... Pero mientras haya padres que ganan 50 veces lo que ganan otros, no veo por qué le voy a pagar a sus hijos la educación por igual.

Bachelet hizo una propuesta de reforma tributaria redistributiva...

Hay que ver hasta dónde se puede llegar con eso. Si usted me pregunta si yo me amarraría a eso, no pues. O sea, probablemente sea muy buena en una sociedad de futuro, pero no creo que se pueda hacer ahora. A mí me preocupa más la salud público-municipalizada y los liceos de calidad. Eso me preocupa más que darles becas de universidad a los hijos de ricos (...) Creo que la educación gratuita es una aspiración, pero que Chile hoy no está en condiciones con los niveles de desigualdad que tiene. De priorizar eso yo no estoy seguro, hay que priorizar una mucho mejor educación para los sectores populares que no han tenido nunca un real acceso a educación.

¿Fue un error haber hablado de educación gratuita universal?

No, porque es la consigna que venía de la calle: o sea, yo recojo todo esto en esa dirección en lo que pueda. Lo que hay que hacer es empezar por aquello que es lo más urgente: mejorar la amplitud, calidad y costo de la educación. Yo rescataría de los 20 años anteriores -que han sido los más exitosos del país en su desarrollo contemporáneo- que vamos haciendo las cosas paso a paso. Porque recordemos el Transantiago, fue la única vez que intentamos hacer las cosas de golpe y no resultó bien.

¿Qué opina de la discusión sobre una nueva Constitución?

Cuando se habla del tema de la reforma constitucional tiene un carácter casi expiatorio, casi simbólico, porque la mayor parte de las reformas ya fueron hechas, las que eran obvias, nuestras banderas de lucha en los ultimo 20 años: los comandantes en jefe, el Consejo de Seguridad Nacional, y lo único que queda es el binominal, que además no está en la Constitución. Pero creo que está la idea de muchos de que es bueno una nueva Constitución nacida en democracia, a pesar de que gran parte de eso se hizo en el gobierno del Presidente Lagos.

Algunos dicen que es necesario porque la Constitución es “ilegítima”...

Mire, ilegítima es una palabra un poco fuerte. Las constituciones chilenas han sido dictadas de manera distinta y todos los cambios recientes han sido por el Congreso. Ahora, si se cree que es necesario romper de raíz simbólicamente con lo que había antes, bueno, naturalmente que sí, pero no creo que estemos en la disposición de refundar el Estado chileno.

¿Le parece más apropiado entonces hacer reformas importantes más que una nueva Constitución?

Yo no tengo problema con nada de lo que se haga, lo que quiero saber es qué es lo que se pretende hacer. Yo creo en la participación política, pero también en la democracia representativa. Supongo que para hacer una Asamblea Constituyente, o para legitimar que lo haga el Congreso, habrá que exponerle primero a la gente cuáles son los proyectos (...) Mire, hay un tema en democracia: se respetan las minorías, pero estas deben subordinarse a las mayorías. Yo creo que en algunos temas nadie debería subordinarse, no me gusta la palabra, en esos temas me gustan los consensos... En algunos temas que tienen que ver con la fundación del Estado creo que debería haber un grado de consenso mucho mayor.

¿El lugar para negociar esos consensos sobre la Constitución es el Parlamento, entonces?

Naturalmente. Tengo la impresión de que lo más urgente es lo fiscal y lo educacional. De la propuesta de la Presidenta Bachelet eso es lo que más destaca. Pero creo que habrá un buen tiempo para hacer una discusión institucional también.

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